Una sonrisa blanca genera una buena impresión, pero, con el paso del tiempo, el estilo de vida, los hábitos de higiene y de alimentación de cada persona, los dientes tienden a tomar un tono oscuro y grisáceo, haciendo que el brillo y color original de estos se pierda, en mayor o menor medida.
La solución más común para ganar un aspecto más saludable y estético es recurrir a realizarse un blanqueamiento dental, tratamiento que aclara varios tonos el color de los dientes para que luzcan más brillantes y blancos.
La intensidad de un blanqueamiento dental varía según cada caso y necesidad, así que si estás considerando en recurrir a este tipo de tratamiento para mejorar el color de tus dientes, estos son algunas cosas que debes tener en cuenta antes de iniciar el tratamiento:
- Un blanqueamiento dental no es un tratamiento únicamente estético, este debe ser dirigido por un profesional que proporcione las indicaciones y requisitos adecuados para cada caso.
- Según cada paciente, se recomienda o no realizarse un blanqueamiento dental, haciendo necesario someterse a una evaluación clínica previa para descartar posibles contraindicaciones.
- Aunque el blanqueamiento dental no es un procedimiento abrasivo ni desgasta los dientes o encías, se recomienda fortalecerlos desde días antes de iniciar el tratamiento con crema de dientes rica en flúor, que neutralice la sensibilidad generada por los productos usados.
- Antes de dar inicio al tratamiento se debe realizar una limpieza completa (profilaxis).
- Un blanqueamiento dental puede realizarse en un grupo de dientes comprometidos estéticamente o en uno solo que esté oscurecido por un tratamiento previo o por un trauma dental.
- Las resinas y coronas deben ser cambiadas a un nuevo tono después del tratamiento ya que estas no cambian de color.
- Se recomienda disminuir el consumo de bebidas oscuras o con colorantes desde antes, durante y después del tratamiento.