El blanqueamiento dental es un tratamiento especializado de la Estética Dental, por medio del cual el paciente recupera el tono original de sus dientes luego de haber padecido de manchado u oscurecimiento dental. Sin embargo, aunque el paciente vuelva a gozar de una sonrisa reluciente, ello no es garante de que sus dientes no se volverán a oscurecer. De hecho, una vez los dientes han recuperado su claridad, es más probable que cualquier manchado se haga más evidente a la vista.
En este orden de ideas, los especialistas recomiendan que los pacientes que han pasado por el tratamiento de blanqueamiento dental, reduzcan el consumo de ciertos alimentos que pueden manchar u oscurecer la superficie de los dientes. A continuación te los mostramos:
Las bebidas gaseosas azucaradas
Dada la composición química de los refrescos gaseosos y las bebidas energéticas, estas bebidas pueden deteriorar la capa de esmalte, causando la aparición de manchas y oscurecimientos en la superficie del diente. Además, debido al alto contenido de azúcares existe una elevada probabilidad de desarrollar caries. Lo anterior, además, se acentúa en consecuencia de la gran cantidad de ácidos que contiene este tipo de bebidas.
El té
Al tratarse de una bebida con un importante volumen de taninos, el té promueve la aparición de un tono amarillento en los dientes. Sin embargo, aunque se puede decir que todas las variedades de té pueden causar este oscurecimiento, los dos tipos de té que causan una mayor afectación, son el té negro y té rojo.
ENTRADA RELACIONADA: 7 consejos a tener en cuenta antes de realizarse un blanqueamiento dental
El café
El café es, tal vez, la bebida que más se relaciona con el oscurecimiento dental. Claro está que su reputación no viene por sí sola, pues el café contiene una elevada cantidad de cromógenos.
El vino
Más allá de la creencia popular, el vino resulta más dañino que el café, siendo la bebida que más puede afectar la coloración del diente. Esto sucede porque, en primera estancia, el nivel de acidez corroe el esmalte, asimismo puede ser causante de caries por sus azúcares y oscurecer la superficie dental por los elevados índices de taninos y cromógenos.
Un dato que debe ser tenido en cuenta es que, sin importar si se trata de un vino blanco o uno tinto, esta bebida afecta la calidad de la dentina.
Los dulces
Para nadie es un secreto que las golosinas son alimentos asociados directamente con los daños en el esmalte. Esto no solo se debe a su grave concentración de colorantes, sino también de azúcares, causando el deterioro en la superficie dental, así como la decoloración de ésta. Adicionalmente, son sinónimo de la aparición de caries.
Los frutos de coloración intensa
Antes de entrar en discusión, está claro para todos que el consumo de frutas y verduras siempre traerá beneficios al organismo. Sin embargo, algunos de estos tienen intensas coloraciones capaces de afectar la estética del diente. Es decir, en la mayoría de los casos sus propiedades no dañan ni corroen la superficie dental, pero los fuertes pigmentos de frutos como la mora, la cereza y el arándano, al igual que el tomate y la remolacha, se pueden adherir a las piezas, causando el oscurecimiento o la aparición de manchas.
Por otro lado, el consumo excesivo de frutos cítricos como la naranja y el limón, sí puede causar daños sobre el esmalte debido a su concentración de acidez.
Las salsas
Condimentos colorantes como la cúrcuma y la paprika, comunes en la preparación de salsas, son algunas de las causas más típicas del oscurecimiento dental. Asimismo, salsas como el vinagre balsámico o la soya, pueden calar en el esmalte y, naturalmente, promover la aparición de manchas.
ENTRADA RELACIONADA: Riesgos de un blanqueamiento dental
En síntesis, los mejores tratamientos de blanqueamiento dental no perjudican la calidad del esmalte o la dentina, garantizando que las piezas trabajadas se mantengan resistentes. Sin embargo, para garantizar unos resultados duraderos, los especialistas recomiendan un consumo mesurado de alimentos y bebidas bastante pigmentadas que puedan arruinar la apariencia de la sonrisa. Sumado a ello, también se debe mantener una rutina de higiene adecuada bajo las recomendaciones puntuales del dentista y, finalmente, acudir a 2 o 3 controles odontológicos al año.